La voz en off de una señora nos dice que sólo mentiéndonos en su cabeza y viendo lo que ella ve podría lograr que entendiésemos As Encrobas. Así empezaba "As Encrobas. A ceo aberto". Y no sé si el documental lo consigue, pero al menos nos acerca mucho a lo que ocurrió allí en los 70 y a lo que sigue ocurriendo a día de hoy.
La sorpresa de los niños de la época al ver a los más viejos del lugar coger sus aperos y alzarlos en contra de la injusticia, que en aquellos momentos se materializaba en una barrera de guardias civiles repartiendo palos. La imagen de una anciana cogiendo por la solapa a un picoleto, con la mayor de las valentías, y exigiéndole que se fueran de allí. Las lágrimas de emoción que asoman en los ojos de los entrevistados al rememorar los sucesos. El recuerdo a la valentía de las mujeres de la aldea, que formaron primera fila de una barrera en la que llevaron más palos que alegrías. Moncho Valcarce. Un joven electrocutado. E incluso la exposición de los jefes de Limeisa, contándonos esa relación tan amigable y ese trato tan cordial y agradable con los vecinos e incluso que nos digan que respetan ¡al máximo! el medio ambiente. Todo esto y más. Son relatos de una historia con la que el director quería trasladarnos el sentimiento que lo acompaña desde pequeño, cuando empezó a entender lo que allí estaba pasando, hasta hoy, cuando ya ha visto desaparecer muchas aldeas de la forma más rastrera. El sentimiento de injusticia, creo, fue generalizado entre los espectadores.
El paralelismo con la historia de As Pontes se puso de manifiesto en la mesa redonda que siguió a la proyección, con las intervenciones de Xose Bocixa, el director, Servando Rochela, vecino de As Pontes, y un vecino de Cerceda miembro de la asociación vecinal A Lousa, además de las del propio público asistente, que formulaba sus preguntas y opinaba desde su propia historia. Se abría así un debate muy interesante, donde si algo quedaba claro es que la gente no dejó pisotear sus derechos por unas empresas que no jugaron limpio.
Rochela nos contaba cómo boicoteaban, tirando de una cuerda, las cintas de la mina para parar la producción. Cómo después tuvieron que hacerlas "descarrilar". Cómo la empresa pretendió expropiar a precio de saldo, como quien va a un todo a cien, ofreciendo cantidades irrisorias, unas 5 veces inferiores a lo que por ley correspondía, pero acompañando la oferta con un puesto de trabajo, para luego exigir, desde dentro, la venta de otras tierras... Y cómo unos callaron y otros siguieron peleando.
El vecino de A Lousa, cuyo nombre desconozco, también nos contaba lo que está viviendo ahora. Viven pegados al parque de carbones, dado que la empresa no quiso comprar esos terrenos, saltándose cualquier tipo de perímetro de seguridad. Todos los días dejan los alimentos recién cogidos de la huerta en vinagre, para que se le caiga el polvo acumulado del carbón. Todos los días la ropa que dejan a secar vuelve de color negro a casa. Todos los días respiran mierda. El sulfato cálcico de las emisiones supuestamente les iba a venir de perlas para las tierras y sin embargo allí hay hasta titanio. Desde retener a tres personajes, por los que les vino la guardia civil a chaparrón, hasta cortar la carretera ellos solos. No saben ya qué hacer. "Ata que matemos a un non nos farán caso", afirma su madre siempre. Piden soluciones y pasan de ellos, es la razón de su asociación.
También se plantearon cuestiones de cara al futuro. Como la de reclamar la devolución de las tierras por parte de unos 140 expropiados o el qué sucederá cuando cierre la mina y tengamos un lago. Xose Bocixa comentaba que la única forma de conseguir que el uso y disfrute de sus futuras instalaciones sea público pasa por reclamar la reversión de las tierras.
También hubo mención a Choiva Ázeda, organizadores del evento, que fueron los grandes obviados por algún medio de comunicación.
No me extiendo más, ahora es turno de que contéis vuestras impresiones del documental, pero sobre todo que compartáis vuestras experiencias sobre las expropiaciones en As Pontes. Así que os invito a que lo hagáis aquí.
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