Nos derradeiros 5 anos disparáronse os casos de APOSTASÍA, principalmente por certa decepción ca Igrexa católica.
El divorcio entre una parte de la sociedad y la Iglesia católica parece agudizarse en los últimos años.
Lo demuestra el considerable aumento de la apostasía o renuncia a la fe católica. Tan sólo en el último año, un centenar de gallegos soliciaron su baja en la Iglesia, según una información de Paula Pérez que publica La Opinión de A Coruña.
Un sentimiento de decepción personal o el desacuerdo con la actuación y decisiones que adoptan las autoridades eclesiásticas son las razones que han motivado a un total de 89 gallegos a darse de baja de la Iglesia en lo que va de año.
El Arzobispado de Santiago de Compostela es el que recibe la mayor parte de las peticiones de apostasía. En lo que va de año en esta archidiócesis se han tramitado un total de 57 renuncias. En el Obispado de Lugo se formalizan una media de seis bajas al año y en el de Vigo-Tui se han gestionado 11 en lo que va de año. Al Obispado de Ourense les han llegado 20 solicitudes en este periodo, pero hasta el momento sólo diez de las personas que pidieron apostatar han ratificado su decisión. Lo mismo ocurre en Mondoñedo-Ferrol donde se presentaron diez solicitudes, pero sólo se han formalizado cinco.
Su renuncia implica una anotación en los registros bautismales aclarando que esa persona ha abandonado la fe católica. A efectos prácticos un apóstata queda excluído de participar en los sacramentos, no tendrá derecho a las exequias fúnebres cuando muera, tampoco podrá ser padrino de bautismo y confirmación y necesitará una dispensa del obispo si se quiere casar con una persona creyente.
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